escribo y exploro y leo poesía.

lunes, marzo 02, 2009

la ruta de la seda. versión moderna.


Me toca escribir del último libro que leí. Se llama China Road y me causó una gratísima impresión. Además aprendí mucho. Lo escribe un periodista, Rob Gifford, un inglés que fue productor de la BBC, amante de China desde los 20 años y corresponsal del NPR ( National Public Radio) en Beijing durante 7 años. Es interesantísimo. Resulta que este periodista, cuando ya va a dejar China y regresar a Londres, en su país, decide hacer un viaje por la carretera 312 ( que corre a lo larho de la ancestral rutra de la seda) en China que va desde Shangai hasta la frontera con Kazajastán. son 3000 millas a través del país, de este a oeste. Es un viaje alucinante. Gifford habla con toda la gente que encuentra y nos muestra un país que se transforma de manera brutal en los últimos años pero es una caja de contradicciones como nuestros países latinoamericanos. Conoce traileros, vendedores de Amway, ermitaños, monjes budistas y chinos pertenecientes a la nueva clase social que ha surgido a raíz de la apertura económica. Se enfrenta a la policía, se pierde y se queda varado en medio del desierto de Gobi, uno de los lugares más secos de la tierra. Por supuesto, también devora comidas exóticas y visita una de las infames aldeas del SIDA donde el gobierno esconde sus errores.
Yo nunca había visto a China con unos ojos tan objetivos, tan críticos, tan comprensivos y tan conocedores. Lo recomiendo ampliamente. Sobre todo ahora que ese país se ha vuelto una obsesión de los economistas, futurólogos y emás crñiticos ocasionales, como yo, por supuesto.

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