escribo y exploro y leo poesía.

sábado, mayo 10, 2008

Pirámides. Siempre sorpresivas. Quiahuiztlan.





Me llevé una grata sorpresa, muy grata, cuando conocí Quiahuiztlán en Veracruz. Se trata de una de las ruinas prehispánicas que más me han impresionado. No se trata de que sean enormes, como la pirámide de sol o la de la luna sino todo lo contrario. De entrada es un lugar privilegiado por la naturaleza. Está a muy pocos kilómetros de la ciudad de Veracruz. Tanto de la nueva como de la vieja, la que se llama Antigua. Ahí hay un peñón muy alto y delgado. Las nubes lo envuelven como silo estuvieran acariciando. Subes en el carro y a medio peñón encuentras la ciudad derruida.
La vista desde las alturas es impresionante. Puedes disfrutar un horizonte de mar, playas y lagunas que parece fabricado ex profeso para una película fantástica, onda el señor de los anillos y esas. Pero lo mejor no es el paisaje sino lo que ves ahí. De veras.


Quiahuiztlán está plagado de tumbas. Pro lo fantástico es que estos enterramientos son completamente diferentes de lo que estamos acostumbrados. Se trata de pequeños templos con nichos donde se colocaban los restos u ofrendas. Vaya usted a saber. El caso es que cuando entras, te parece que estás caminando no entre unas ruinas sino en una maqueta en miniatura de una ciudad precolombina. Es impresinante. Vean las fotos. Cada uno de los templos es como de un metro de alto. Parece que lo hubieran hecho a propósito para que nos sintiéramos gigantes frente a la inmensidad del peñón, que nos hace parecer más pequeños que nunca.



Según Wikipedia, Quiahuixtlan quiere decir el lugar de la lluvia. A mí no me llovió pero hubiera estado rico, porque el calor era insoportable.


Muy recomendable visitarlo. Para ir, basta llegar a Veracruz y luego tomar la carretera que va a la Antigua. A partir de ahí, seguir hacia Laguna Verde, la central nuclear, y a unos quince kilómetros de Antigua van a ver el peñón a su izquierda. Ahí está la desviación.

¿Cómo me enteré? Fácil, me lo dijo un extranjero. Ya saben que a veces ellos saben más de nuestro país que nosotros mismos. Como sucede en todas partes. Porque cuando yo he sido extranjero en otros países, como cuando viví en Puerto Ricio, yo conocía más de la isla que ellos mismos.

¿quieren ver más fotos? clic aquí.

1 comentario:

Pablo Defendini dijo...

Pues así es. A cada rato me pasa lo inverso: alguien aca me pregunta sobre lgares interesantes en Puerto Rico (usualmente dentro del contexto de pasar las vacacione allá), y yo les digo "Pues no se...".

Me imagino que te pasaba lo mismo con puertorriqueños preguntandote sobre México, no?

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