es tan fácil
tan sencillo desbaratarse y terminar deshecho
el cuerpo hecho pedazos contra las rocas
de lo que sea:
acantilados, el muro que divide la frontera, una bala que se perdió en la trayectoria, los químicos descontrolados de un jarabe para la tos, el fuego.
Cigarrillos. Una copa de vino. El celular en silencio para que no estorbe. Una tarde.
La pluma y el papel.
El ojo inquieto.
Las horas que se columpian lentamente en relojes imaginarios. Tu recuerdo.
un cónsul honorario asesinado a media tarde. Cócteles molotov en la cajuela de un vochito
una explosión a deshoras
borracheras de prostíbulo que se padecen de madrugada
un paisaje quebrado por dos edificios.
latas de cocacola vacías en el piso
de dieta
grafitis de segunda uno encima del otro
la prisa en la muñeca
los oídos tapados por haber bajado veloz desde la montaña
una mariposa revolotea alrededor del foco
es poco
lo que sucede.
escribo y exploro y leo poesía.
jueves, abril 30, 2009
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