escribo y exploro y leo poesía.

lunes, enero 26, 2009

Los ahogados, ¿son felices?


Un buen amigo me pidió comenzar a leer ciencia ficción escrita en español para el blog de una editorial en Nueva York. Todavía no se ha publicado nada y será en inglés. Pero mientras tanto, les comparto mi reseña de un libro que me encantó de un escritor de policiacas que ha tocado el género. Él se llama Andreu Martín y el libro: Ahogos y Palpitaciones. Va:

No todos los escritores de ciencia ficción en español lo hacen de tiempo completo. Por alguna extraña razón que aún no conozco, la ciencia ficción no tiene muchos creadores en nuestro lado del planeta y por eso hay que buscar entre la paja como si cada novela o cuento o autor fuera la aguja que se nos escapa de las manos. Andreu Martin es uno de esos casos. A este catalán se le conoce más, en su tierra natal, España, como escritor de novelas policiacas, de literatura juvenil, de cómics y de películas.

Ahogos y Palpitaciones es una novela pequeña y corta que se lee muy rápido. El rtimo de la narración y la exactitud del lenguaje nos mantienen siempre atentos e involucrados en la historia. Todo comienza cuando un par de hombres se acercan caminando por el desierto a la ciudad de Feudo. Los dos están destrozados, a punto de morir, sedientos y lastimados. Cuando están a punto de llagar a la ciudad, una serie de robots voladores se les acercan y los rocían con un gas venenoso que los elimina al instante para que no lleguen a las puertas de la ciudad. Entonces es cuando descubrimos que uno de ellos lleva encima un manuscrito en una lengua extraña y que eso es lo único que le interesa a los habitantes de Feudo. Sus palabras son procesadas en una máquina traductora y es entonces cuando podemos leer la extraña historia de los viajeros.

Se trata de la novela acerca de una distopía, un mundo feliz al estilo de Huxley donde todo el mundo vive para el placer. Tienen sexo todo el tiempo. En grupo, con parejas que cambian a cada rato para no tener que estar expuestos a la decepción y la tristeza que puede causar la ruptura de las relaciones. En este mundo es obligación de todos ser felices, reírse la mayor parte del tiempo, hacer bromas y tener orgasmos. Muchos orgasmos. Hasta existe una máquina que me recordó una película de Woody Allen y que es un Masturbatrón, donde la gente puede disfrutar del placer individual. Cuando alguien infringe la regla principal y siente esos “ahogos y palpitaciones” que los ponen nerviosos, irremediablemente llega la BCP, un grupo policial que se encarga de frenar cualquier intento de tristeza, de duda o de violencia. Cuando lo hoy, los BCP, que llevan enormes y grotescas máscaras, se llevan a la persona o simplemente la ridiculizan enfrente de los demás. Eventualmente la persona será llevada a un centro de reeducación o bien a ser “iterada” que es algo así como eliminada de la faz de la tierra, o sea: muerta. Aunque después en la novela nos enteremos de que los iterados no están en realidad muertos.

Toda la historia nos la cuenta un hombre que se llama K Verde. ( la gente recibe nombres por color y letra, R Azul, C rojo, etc. que tienen que ver con su capacidad intelectual ya que mientras más cercana la letra a la Z son más inteligentes, y los colores tienen que ver con su capacidad de reacción emocional, los rojos son más impulsivos y los azules más fríos, cerebrales y racionales.

K Verde tiene un hermano que fue iterado por su resistencia a un sistema donde nadie puede pronunciar palabras como muerte, sangre, dolor o mierda pues provocan palpitaciones y la llegada del todopoderoso BCP. El hermano le deja a él un manuscrito, otro, que debe leerse sólo estando dentro del Masturbatrón pues las ondas cerebrales que provocan los orgasmos son capaces de esconder a los ahogos que provoca la lectura. En este manuscrito K Verde se entera de la existencia de un grupo rebelde, el GRHT ( Grupo de Resistencia de los Hombres Tristes) y eventualmente se une a ellos. Ahí aprende sobre el dolor y la violencia y se vuelve un Hombre Triste. Un asesino que está decidido a acabar con el gran líder de la sociedad feliz que no lo es tanto.

La novela es sorpresiva y hasta ahora sólo les he contado una parte del principio. La violencia que nos espera en la segunda parte hace equilibrio con la placidez y la falta de objetivos que provoca vivir sólo para el placer. Siempre detrás de la fachada acecha una serpiente que nos puede morder cuando nos descuidamos.

Me parece una interesante reflexión sobre algo que leí hace poco en las Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar donde se habla acerca de la esclavitud. ¿es más esclavo quien sabe que lo es o quien piensa que no lo es aunque lo sea?

Me parece una buena manera de acercarse a la escasa tradición de SF en español aunque no se trata, por supuesto, de una de las mejores obras de este género en ningún idioma.

¿Qué es lo que hace que los escritores de literatura policíaca estén tan cerca de la SF? ¿Se parecen en algo?

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